Madre de 7 hijos y defensora de los valores cristianos:
así es la ministra que revoluciona Europa.
Javier Lozano
religionenlibertad.com
Está revolucionando la política alemana. Hace sombra a la
poderosa Angela Merkel y hasta su nombre ha sonado para presidenta del país o
futura canciller. Es el caso Úrsula Von der Leyen, una política atípica que
está rompiendo moldes en Europa. Precisamente ahora es ministra de Trabajo y
Asuntos Sociales en Alemania y en España es conocida por haber venido a ofrecer
empleo a 5.000 jóvenes españoles.
Esta
alemana de 55 años es algo más que política. Los alemanes la llaman “la madre
de la nación” pues tiene siete hijos. Durante sus años en la política se ha
empeñado en demostrar la grandeza de los hijos, las enormes ventajas de los
niños en la sociedad y ha luchado por abrir camino a las familias que quieren
tener hijos en una Europa con una histórica crisis demográfica.
La
importancia de rezar con sus hijos
Von der
Leyen es además una mujer de fuertes convicciones religiosas. Es cristiana y
practicante. Cuenta orgullosa lo importante que es desayunar todos los días con
sus hijos y rezar con ellos antes de acudir a sus obligaciones en el
Ministerio. Del mismo modo hace lo mismo por las noches antes de que sus hijos
vayan a dormir.
Es una de
las principales valedoras en recuperar y poner en valor en Europa los valores
cristianos que han forjado el continente siglos atrás. La familia juega aquí un
papel esencial. Lo sabe. Y no le importa liderar esta revolución familiar. No
es de extrañar, por tanto, que las feministas radicales la tengan en su punto
de mira y esté siempre en la diana de sus críticas e insultos. “¡Esa mujer!”.
Así se refieren a ella con desdén las feministas. Sin embargo, ella les replica
que Alemania y Europa irían mejor con más mujeres como ella, es decir, madres.
Luchadora
por la familia
Desde 2009
es ministra de Trabajo pero su incansable lucha por la familia viene de atrás
pues previamente, de 2005 a 2009, fue ministra de Familia, Mujer y Juventud.
Desde ese puesto legisló a favor de este colectivo y ayudó a que las familias
puedan conciliar mejor el cuidado de los hijos y el trabajo. Algo básico hoy en
día.
Úrsula ha
mostrado también al mundo la falacia de que no se puede ser madre y progresar
profesionalmente, sin tener que por ello renunciar a tener familia. Estudió
Económicas y más tarde se doctoró en Medicina llegando a dedicarse a la
investigación. Más tarde se trasladó a EEUU debido a compromisos laborales de
su marido. Allí se dedicó a cuidar de sus hijos y a la investigación y vio la
importancia de ayudar a la familia. A partir de ahí entró en la CDU alemana y
comenzó su meteórica carrera política.
Su
carrera contracorriente
Al llegar
al Gobierno de Merkel fue consciente de que sus cinco compañeras del Ejecutivo,
incluida Merkel, habían renunciado a la maternidad para dedicarse a la
política. Ella era el bicho raro y lamenta que en su país “tener siete hijos esté
mal visto, se considera casi una provocación”.
Como
ministra de Familia preparó una mini-revolución que fue hasta mal vista por su
propio partido aunque ella siguió adelante. Propuso guarderías gratuitas y
ayudas a los padres para el cuidado de sus hijos así como el permiso para que
los padres pudiesen quedarse en casa cuidando de los niños. Pese a las críticas
ella hablaba de sus experiencias familiares y cómo había podido conciliar
trabajo y familia. “Me han llegado a preguntar si quiero encerrar a los padres
a latigazos y eso demuestra el desprecio hacia todo lo que tenga que ver con el
cuidado de los niños”.
La
familia, cuna de valores
En una
entrevista en ABC cuando aún era ministra de Familia, Von der Leyen aseguraba
que “no soy una superwoman, donde estoy es el resultado de un largo camino de
altibajos y decisiones con mi marido, y también de algunos errores”.
“La familia
recobra su importancia, no sólo como factor de equilibrio, sino como
herramienta para transmitir directamente unos valores, una interioridad y una
trascendencia. Además, comprobamos que sin niños un país no puede seguir
existiendo, por razones económicas y también emocionales”, afirmaba.
“Los
niños no significan pobreza”
En este sentido, agregaba que “estamos en una situación
muy crítica, sobre todo psicológicamente. Hay que volver a hablar del pan que
los niños traen bajo el brazo: se llama alegría, fuerza creadora, seguridad
futura…que los niños no significan pobreza, sino perspectiva”.
Del mismo
modo, Úrsula Von der Leyen afirma que hay que recuperar los valores de siempre,
no existen los nuevos. “La familia, la responsabilidad por el otro, valores
cristianos que deben ser traducidos a otros tiempos. La familia no puede
pervivir mirando a lo que fue, su economía y la de todos es ya global y la
mujer es hoy muy importante. Pero siguen importando que haya niños en las
calles, la solidaridad generacional, la buena educación, la subsidiaridad, y
hay que preguntarse cómo mantenerlas en un mundo moderno”.
“Tener
cuatro hijos es dirigir una pyme”
En su
opinión, la familia “recupera importancia frente a la globalización. La familia
es donde se aprende la responsabilidad entre hijos y padres, los valores que
queremos para mañana. La educación hoy es transfronteriza, pero igual necesita
límites, pues de mayor uno encontrará reglas. Los niños siguen necesitando
tiempo, y ejemplo: y deben conocer valor del esfuerzo para el éxito”.
A pesar de
ello ve cambios en el mundo actual. Hay ya empresas que prefieren a personal
con familia que a solteros. La ministra responde que es algo normal pues “son
las cabezas más flexibles, rápidas y maduras emocionalmente. Piense que tener
cuatro hijos es ya dirigir una pyme”.
Igualmente,
cuenta su experiencia personal en Estados Unidos cuando se trasladó allí con su
marido. “Cuando me presentaba a trabajos en EEUU siempre me preguntaban qué
hacía además del trabajo, si criaba niños o colaboraba con alguna asociación.
¡Me han dado puestos por tener hijos…En Europa me los darían por no tenerlos!”.
TOMADO
DE: NOVEDADES FLUVIUM