El Verdadero Feminismo
ARCOL.org

El hombre y la mujer no son, no eran, ni serán nunca iguales (que no significa que no tengan igualdad de derechos y responsabilidades). La impronta física del nacimiento, reflejo externo de lo más hondo que existe en cada hombre y mujer, su alma, nos lo hace evidente; el ser humano es un ser sexuado sólo en dos modos posibles, hombre o mujer.El afán por sembrar la confusión ha llegado hasta la negación del primer valor, del más excelso don de la feminidad, de su ser mujer: la maternidad.

Reivindicando la Maternidad en el Mundo
Y sin embargo, poco a poco, parece encenderse otra vez la luz de la esperanza que no hace sino recordar que la mujer también tiene el derecho, el más noble, a que no se desvirtúe ni se “ideologice” la maternidad. Son pequeñas sacudidas “sísmicas” de voces femeninas con resonancia pública que quieren reivindicar el orgullo de serlo.
Ahí está la octogenaria Ivonne Knibiehler, historiadora francesa y conocida figura del feminismo, quien en entrevista al diario Le Monde declaró que “La maternidad seguirá siendo una cuestión capital de la identidad femenina”. “El feminismo debe en primer lugar repensar la maternidad; todo lo demás será por añadidura”, ha precisado.

Otra mujer, Elise Claeson, periodista sueca de unos de los principales periódicos nórdicos, el Svenska Dagbladet, ha alzado la voz en una de sus columnas al escribir: “Oídnos, queremos ser madres”. Eva Herman, durante 18 años reconocida presentadora del informativo más visto en la televisión alemana, ha salido de lo políticamente correcto al escribir para la revista Cicero que abandonar el hogar no es un imperativo categórico. A la par que en Alemania salía su libro “El principio de Eva”, en Suiza aparecía “Ama de casa, el mejor trabajo del mundo”, de Marianne Siegenthaler, con buena acogida por parte de las “managers domésticas”.

La mujer tiene el derecho a no ser influenciada por quienes hacen ver el tesoro de la maternidad como una carga, una condena, una actitud poco moderna. Tal vez aquellos que así piensan o que a esto encaminan, jamás han sentido el beso único y maravilloso de un hijo que es capaz de pronunciar por vez primera y con la ternura propia de los niños, la palabra “mamá”.
Nuestro agradecimiento de manera especial para ARCOL.org por el artículo de Jorge Enrique Mújica, pero también a Catholic.net, Church forum, Aciprensa, Arbil por sus valiosas aportaciones para los enlaces.
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